Escuelas Pías de los Padres Escolapios en Villacarriedo. Este colegio fue fundado en el año 1746 con las riquezas que el ilustre hidalgo Antonio Gutiérrez de la Huerta y Güemes dejó a su muerte. El centro comenzó siendo muy pequeño, pero, con el tiempo, aumentó tanto el número de alumnos como la fama del colegio, alcanzando renombre nacional. A esta escuela han acudido numerosos alumnos ilustres, como son los casos del cardenal de Sevilla Luis de la Lastra y Cuesta, el biólogo Augusto González de Linares, el poeta León Felipe y el banquero Emilio Botín.
Santa María de Tezanos es un templo con planta de cruz latina y espadaña a los pies. Su origen se remonta a época románica, la iglesia actual obedece a una reedificación del siglo XVII. En 1716 se construyó la capilla del lado de la epístola , en 1716 la sacristía y hacia 1751 la espadaña de cuatro cuerpos. El retablo mayor y el colateral del evangelio se fechan hacia 1670 y atribuyen a Juan del Tolnado Herrera; el mayor fue reformado en 1712 por Manuel de Guerra y Vega. El colateral de la epístola se data en las primeras décadas del XVIII.
San Juan Bautista de Santibáñez es del siglo XVI, aunque la torre se concluyó ya en el XVII. Contiene un original retablo mayor del XVIII, con entablamento casi circular. El retablo lateral de San Antonio y San Blas fue construido por Gabriel González, vecino de Cudeyo, hacia 1656; en la actualidad se encuentra muy modificado, habiéndose perdido otro dedicado a Nuestra Señora.
El molino harinero de Santibáñez es, de entre todo el nutrido grupo de ingenios hidráulicos que poblaron nuestra región, dos veces centenario y posiblemente uno de los más grandes y sofisticados de Cantabria.
La bolera de Santa Ana. Situada en Tezanillos, barrio de Tezanos, se encuentra la bolera o corro más antiguo de Cantabria, presumiblemente de principios del siglo XIX. Si bien es cierto que el juego de los bolos es mucho más antiguo, anteriormente tenía lugar en cualquier calle o plaza, sin contar con un terreno acotado.